Por Alan Dunn
La aptitud del pastor para el liderazgo espiritual será absolutamente evidente en la forma en la que trate a su propia esposa. Ella es la respuesta a la pregunta sobre la influencia que este hombre puede tener sobre otras personas.[…] Si el anciano es verdaderamente un hombre de carácter piadoso y capaz de influenciar a los demás con su santidad, entonces ¿dónde será esto más evidente si no en su propio matrimonio? Pablo dice que si él la ama, entonces amará a la iglesia.
Si es sensible con ella, Pablo dice que lo será con la iglesia. Si ella se somete a él es porque lo respeta y confía en él; por consiguiente, la iglesia no tiene ningún motivo para pensar si es digno de confianza o no. Se ha ganado el respeto y la confianza de la mujer que le conoce y le ve en sus peores momentos, en privado y que sigue confiando en él. Si ella no está dispuesta a que él la guíe, la iglesia debería preguntarse si se dejaría dirigir por él. ¿Qué sabe ella sobre él que nosotros desconocemos? Si no es capaz de mantener el respeto de su esposa, ¿no será porque ella ve hipocresía en el hogar?[…] Se le ha dado la posición de responsabilidad y liderazgo.
No debemos ejercer como señores sobre nuestras esposas como los gentiles que se hacen con la autoridad y la convierten en tiranía y manipulación. Debemos liderar en Cristo; no debemos ejercer la autoridad para nuestros propios propósitos egoístas, ni debemos imponernos a la fuerza sobre otros. Debemos hacerlo mediante la entrega. Debemos gobernar mediante el servicio. Tenemos que hacerlo como un salvador para que el resultado de nuestro liderazgo sea promover la salvación de aquellos a los que estamos guiando.[…] El amor del esposo debe ser algo que dé vida porque es una sola carne con su mujer. La salud y el vigor de ella son también los suyos. Debe amarla como se amaría a sí mismo porque es una sola carne con ella. Debe alimentarla; esto significa que debe proporcionarle alimento para algo: para su salud y bienestar. Debe ser cariñoso con ella.
En el original esta palabra significa suavizar algo calentándolo, manteniendo la relación en un estado cálido y afectuoso, cuidando tiernamente de ella, suavemente, dulcemente. Como dice Pablo, tiene que considerarla como vaso más débil porque es tierna y frágil. El liderazgo de él no debería aplastarla, sino alimentarla. ¿Por qué? Porque así es como Cristo trata a su Iglesia: la alimenta y la cuida. Él sirve a su Iglesia con ternura, bondad, cariño y sacrificándose a sí mismo. De esta manera, la va guiando hacia la santidad.[…] La forma en la que haya alimentado a su esposa, la manera en la que ella haya crecido bajo su dirección será el tipo de influencia que deseamos como pueblo de Dios. Reconocemos las aptitudes, los dones, las virtudes para ese tipo de liderazgo. Nos gustaría que ese hombre fuese nuestro pastor. ¿Ve cómo encaja todo?
Tomado de:https://heraldodegracia.org/2010/02/el-pastor-y-su-esposa/