BENDITA RELACIÓN DE PACTO

Por Matthew Henry

Extracto comentario Bíblico a Oseas 2

«Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama (no compadecida); y diré a Lo-ammi (Pueblo no mío): Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío» (Os 2:23).

Él tomó a aquellos que habían sido extraños y extranjeros en una relación de pacto consigo mismo. Él les dice: «Tú eres mi pueblo, a quien poseeré y bendeciré, protegeré y proveeré»; y él dirá: «Tú eres mi Dios, a quien serviré y adoraré, y a cuyo honor estaré total y eternamente dedicado». Note,

(1.) La suma total de la felicidad de los creyentes es la relación mutua que existe entre ellos y Dios, lo que Dios es para ellos y lo que ellos son para son para Dios; esta es la corona de todas las promesas. 

(2.) Esta relación se basa en la libre gracia. Nosotros no lo hemos elegido a Él, sino que Él nos eligió a nosotros. Él dice primero: «Tú eres pueblo mío», y los hace estar dispuestos a serlo en el día de su poder (Sal.110:3); luego ellos declaran “Tú eres nuestro Dios”. 

(3.) Así como no necesitamos desear nada más para ser felices que pertenecer al pueblo de Dios, no necesitamos desear otra cosa más para nuestra tranquilidad y gozo que Él nos asegure que lo somos, que nos diga por su Espíritu dando testimonio a nuestro espíritu, «Tú eres pueblo mío».

(4) Aquellos que han aceptado al Señor como su Dios deben declararlo así, deben ir a Él en oración y decirle: «[Tú eres] mi Dios», y deben estar listos para hacer profesión ante los hombres. 

(5.) Al consuelo que nos proporciona nuestro pacto con Dios hay que añadir el de la comunión de los santos, quienes, aun siendo muchos, aparecen aquí como uno solo. No se dice: “Yo les diré: Vosotros sois”, sino: «Tú eres pueblo mío». Porque son considerados uno en Cristo, y como tal en él, les habla en singular y pacta con él en singular. De igual modo, ellos no dicen: “Tú eres nuestro Dios”, porque se consideran a sí mismos como un único cuerpo, y desean con una sola mente y una sola boca glorificarlo, y por eso dicen: «Tú eres mi Dios»

O da a entender que del mismo modo que Dios hizo un pacto general en la antigüedad con su pueblo de Israel, ahora bajo el evangelio lo hace con los creyentes en particular, y les dice a cada uno de ellos, incluso a los más humildes, con tanto placer como lo hizo en la antigüedad a los millares de Israel: «Tú eres pueblo mío», lo cual invita y anima a cada uno de ellos a decir: “Tú eres mi Dios”, y entonar un canto de triunfo así como lo hicieron Moisés y todo Israel: «Este es mi Dios, y […] Dios de mi padre» (Ex.15:2).